14 octubre, 2009

Primer pateo de una nueva etapa senderista

El domingo pasado, día 11 de octubre, comenzó una nueva etapa de senderismo tras la que impulsé hace unos 3 años y que algunos identifican con el nombre de pateo molón. Esa primera experiencia en organización de pateos se interrumpió a finales de 2006. Fue una época plagada de buenas experiencias, resultado de embarcarnos en pequeñas aventuras mediante las cuales íbamos conociendo nuestra isla de manera divertida. En esas actividades se conoció muchísima gente y se vivieron momentos inolvidables.

Ahora, después de un parón de más de dos años, me he decidido a retomar el senderismo mediante pateos organizados, con el fin de conocer la isla, conocer gente y pasarlo bien.

Después de esta pequeña introducción, expondré una descripción del camino y relataré cómo fue la vivencia en general del primer pateo de esta nueva etapa, todo ello acompañado con algunas de las fotos que sacaron los/las senderistas que participaron.

A partir de hoy, para cada pateo organizado que se haga se publicará un artículo como este.

Pateo 1: Cruz de Tejeda – Teror
Este camino, de 11,6 km de recorrido (Guía de senderos de Gran Canaria, 1995), discurre por los municipios de Vega de San Mateo, Valleseco y Teror. Consta de 3 tramos: 1) Cruz de Tejeda – Cueva Corcho; 2) Cueva Corcho – El Lomo de la Rosa; 3) El Lomo de la Rosa – Teror.


Foto: Isabel López

El camino comienza en Cruz de Tejeda, exactamente donde están los nuevos aparcamientos asociados al propio parador. Desde ahí, la primera parte del tramo 1 se desarrolla en subida por la ladera noreste del Monte Constantino. Una vez se alcanza la degollada, cruzamos una carretera y continuamos bajando por el Barranco del Charquillo. Abordamos este barranco por la margen derecha, de marcada pendiente, para pasarnos más adelante a la margen izquierda, cruzando el cauce, donde la pendiente es más suave. Al final de este tramo encontramos el cruce de Cueva Corcho. Unos metros antes de llegar, nos encontramos con algunos castaños, bastante cargados, y zarzas moras que fueron la debilidad gastronómica de gran parte del grupo, obligándonos a parar durante unos minutos para dar cuenta de aquello.

Foto: Yamilé Sarmiento.

Tras pasar el cruce de Cueva Corcho nos introdujimos otra vez en el sendero, ya en el tramo 2, tras superar algo más de 40 metros por carretera, caminando ahora por la ladera noroeste del Barranquillo de Peñones hasta alcanzar el final de este interfluvio, desde donde se divisa de manera espectacular el Cortijo de Calderetas, un lugar donde parece haberse detenido el tiempo para mostrar al senderista actual algunas características de los antiguos paisajes rurales de las medianías grancanarias. Con esta expléndida vista decidimos parar y sentarnos entre los pinos para comer algo y descansar. Algunos senderistas aprovecharon el momento para ir en busca de castañas.

Foto: Sebas Santana.

Al terminar este descanso descendimos hacia el Cortijo de Calderetas, bordeándolo y tomando a continuación una serie de pistas de tierra y de hormigón para llegar de nuevo a la carretera, esta vez la que nos llevará hacia el final de este tramo en El Lomo de la Rosa o de Madrelagua, que alcanzamos a través de la propia carretera.

El tramo 3 se inicia con una bajada con la que entramos en el Barranco de Madrelagua. Al rato de estar descendiendo por aquí una de las senderistas tuvo un pequeño incidente, que pudo ser solventado con cierta rapidez y eficacia, restaurando la actividad tras esto. Tras la bajada alcanzamos el cauce del barranco, que atravesamos por un pequeño puente para luego subir por la ladera de enfrente hasta alcanzar una carretera. Esta carretera sigue bajando en suave pendiente por la ladera del barranco hasta que se abre un camino a la izquierda que baja hacia el cauce y volvemos a pasarnos a la margen izquierda del barranco. Desde aquí, seguimos caminando y atravesamos el núcleo de Las Rosadas para llegar a un cruce de carretera (Teror – Valleseco). Desde este punto, caminamos por la carretera hasta una pista de hormigón que se abre a la derecha, que se llama Cuesta de Los Estanques, la cual atraviesa Los Llanos y vuelve a desembocar en la carretera anterior, ya muy cerca de nuestro destino. Por último, se echa por unas callejuelas para llegar al propio núcleo de Teror.

Foto: Yamilé Sarmiento.

En conclusión, es un camino bastante agradable de hacer, el cual goza de unas vistas espectaculares a lo largo de su recorrido siendo, además, de dificultad baja. Es de destacar también las diferentes formaciones vegetales que atraviesa, como el pinar con sotobosque de escobones y otras especies, algunos castañares puntuales, y vegetación de laurisilva en el Barranco de Madrelagua. Por otro lado, hay que tener en cuenta que tiene algunos tramos en bajada relativamente pronunciada y que es un recorrido algo largo, pero que haciéndolo con tranquilidad y parando las veces que haga falta para descansar puede hacerse sin problema.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que currado tio!! saludos desde Benin y al siguiente me apuntoo!
besos
elsa