26 diciembre, 2009

Nueva experiencia: senderismo en el Macizo de Guguy

Con las ganas de seguir conociendo la isla mediante el senderismo, mi compañero Leo y yo nos embarcamos en una aventura emocionante. Siguiendo una ruta propuesta por José M. Quesada Medina, que comienza y acaba en la degollada de Tasartico, pasando por Montaña de Horgazales y Montaña de las Vacas en un recorrido circular, nos adentramos en el macizo de Guguy, el cual se encuentra en el oeste de Gran Canaria.

La ruta comienza, como ya se señaló, en la degollada de Tasartico, desde donde toma una vereda (algo confusa en algunos tramos) que se dirige montaña arriba hasta llegar casi a desaparecer en una barranquera bastante empinada que nos lleva hasta la degollada de la Cañada. Una vez perdimos el camino, tuvimos que subir por esta barranquera tomando siempre la mejor opción, la que nos garantizase cierta estabilidad y nos ayudara a evitar firmes resbaladizos, ya que la acusada pendiente podía jugarnos una mala pasada si nos caíamos. Nuestro primer objetivo fue alcanzar la degollada de la Cañada que se encuentra entre la cabecera de la cañada y la Hoya de Gambuesilla.

En este tramo, nosotros nos equivocamos y nos fuimos a otra degollada que está a unos pocos metros. El caso fue que luego llegamos a la degollada que nos señalaba la ruta, inconscientes aún de que habíamos estado perdidos, dando la vuelta por un peñón que tenía unas paredes prácticamente verticales. Aún así ¡por allí se podía caminar! La verdad que este tramo fue peligroso.

Peñón de paredes verticales.

A partir de aquí, cuando alcanzamos la degollada buena, encontramos un camino que discurría por la ladera oeste de la divisoria de aguas entre la Hoya de la Gambuesilla (macizo de Guguy) y el barranco de Tocodomán. Este camino se volvió algo difuso a los pocos minutos de ir por él, así que decidimos ir conectando pequeñas veredas que veíamos caminando campo a través. Llegado un momento, nos vimos obligados a subir ladera arriba hacia la cresta de la divisoria para llegar por ella a la siguiente degollada. Nos llamó la atención la abundancia y tamaño de los cardones (Euphorbia canariensis) que había en esta ladera. Una vez en este última degollada, nos sorprendieron las espléndidas vistas de La Aldea que se contemplaban desde aquel lugar. Por otro lado, un factor que se unió a nuestra marcha en ese momento fue el viento, el cual hacía peligroso avanzar por la cresta.

Ejemplar de Euphorbia canariensis.

Asombrados por la gran cantidad de escarpes por los que teníamos que caminar para continuar, decidimos seguir; aún quedaba un rato para llegar a la cima de Horgazales. Avanzamos por los citados escarpes gratamente sorprendidos al comprobar que por allí también se podía caminar. Aún así, desde el abandono de la tercera degollada en la que estuvimos (la segunda de la ruta, ya que al equivocarnos al principio estuvimos en una más) la incertidumbre y el respeto (y en ocasiones el miedo) a aquellas peligrosas laderas prácticamente verticales fue una constante hasta el lugar donde decidimos parar para hablar y reconsiderar si seguíamos o abandonábamos. Decidimos abandonar.

Laderas escarpadas y cima de Horgazales en lo alto.

La zona donde estábamos entrañaba mucho peligro y nos estábamos jugando la vida. En aquel momento pensamos que si seguíamos adelante podríamos vernos en un apuro si no encontrábamos un camino claro y relativamente estable por el que caminar.

Montaña de Las Vacas.

Tras tomar la decisión retrocedimos sobre nuestros pasos, intentando caminar exactamente por donde mismo habíamos llegado hasta allí. Alcanzamos la primera degollada (la primera de la ruta, la buena) en media hora más o menos. Yo tenía la incertidumbre de si podríamos bajar sin problemas por donde hace unas horas habíamos subido casi escalando en los últimos momentos antes de llegar arriba (barranquera por la que llegamos a la degollada de la Cañada). Afortunadamente, pudimos, y sin tener que lamentar ningún contratiempo.

16 noviembre, 2009

Tercer pateo: Faro de Sardina - Playa del Juncal

Para este último pateo abandonamos el interior de la isla para caminar por el sector Noroerste de la misma, en un ruta costera que va desde el faro de Sardina hasta la playa del Juncal. Son característicos de este lugar los acantilados, el fuerte viento y la bravura del mar, que en su interacción con la tierra da lugar a las geoformas presentes en este tramo de costa.


Grupo de senderistas. Foto: Jorge Suárez.

Como la vez anterior, la actividad resultó ser un éxito, incluso mayor que en el último pateo, pues nos reunimos 31 personas y todo salió según lo previsto.

Aspectos a destacar de esta ruta fueron la morfología costera, sucesión de acantilados y calas realmente espectaculares, el paso por la frontera de dos mundos completamente diferente en uno de los tramos (a un lado, abandono y vertidos incontrolados y, al otro, el impresionante contacto del mar con la tierra), la existencia de un yacimiento arqueológico y el chapuzón que nos dimos en la playa del Juncal al finalizar el recorrido.

El primer tramo (faro de Sardina – Sardina) fue un añadido a la ruta original (Sardina – Barranco Juncal, de José M. Quesada Medina y extraída de infonortedigital.com) que propuso el compañero Lorenzo, que conoce bastante bien esta zona.



Aspecto de la costa en la zona del Faro de Sardina. Foto: Thomas Lehmann.

Comenzamos en el faro de Sardina y seguimos una vereda que nos mostraba amplias vistas de todo el sector costero Noroccidental de la isla. Aunque sin duda, la mejor panorámica que pudimos tener en todo el trayecto fue en el punto más alto del Lomo del Faro, lo que nos dio pie a realizar una parada y llevar a cabo unas breves explicaciones sobre el territorio observado, tanto hacia el interior como hacia la costa. Desde aquí llegamos rápidamente a Sardina, donde termina este primer tramo adicional y comienza el segundo (1º tramo de la ruta de José M. Quesada Medina).

Avanzando por la costa desde Sardina, cruzamos la playa de Martorell y continuamos por una pista de tierra junto a unas parcelas agrícolas abandonadas hasta llegar a El Farallón, punto donde termina este segundo tramo. Quizá este lugar muestre una de las geoformas más espectaculares de este sector de la costa.


El Farallón. Foto: Yamilé Sarmiento.

Continuando nuestro itinerario seguimos bordeando la costa, atravesando ahora un área que presenta una importante degradación, constituida por vertidos de basuras incontrolados y el propio abandono de la zona (abandono por parte de los propietarios y de las instituciones), que en contacto con los vigorosos acantilados y la actividad del mar, nos muestra el contraste que nos ofrecen estas dos realidades opuestas de nuestra isla, ahora frente a frente. Salvando este lugar de contradicciones llegamos a la Punta del Arrastradero, como alivio momentáneo dentro del vertedero improvisado en el que nos encontrabamos inmersos.

Más adelante, entre el Arrastradero y la Bajada a Caletón de la Cal (punto donde acaba el 3º tramo) pasamos por un lugar en el que el vidrio pasa a ser el gran protagonista, cubriendo gran parte del suelo y formando montículos de tamaño considerable.


Vertedero de vidrio y un curioso cartel. Foto: Jorge Suárez.

Al salir de este maremagnum cruzamos el Caletón de la Cal y llegamos a la playa del Lagarto, donde paramos para descansar y comer algo. Al emprender de nuevo nuestro camino, visitamos el yacimiento arqueológico de Botija, cuyo estado nos volvió a recordar la situación de abandono de todo este tramo de costa. En él el compañero Rumén nos dio una pequeña charla sobre los yacimientos en general y el de Botija en particular, así como de algunos otros aspectos de los habitantes prehispánicos, culminando su discurso con una acertada crítica al estado en que se encuentra nuestro patrimonio.

Por último, recorrimos por pista de tierra el espacio que nos separaba con la playa del Juncal, pasando por delante de un invernadero solitario (donde también observamos un montículo de basura, aunque anecdótico comparado con las áreas comentadas anteriormente) antes de comenzar a bajar hacia la citada playa.

En conclusión, considero que esta ruta es muy interesante por varias cuestiones: 1) nos permite ver, muy de cerca, geoformas costeras que impresionan y que forman parte de la belleza de la isla; 2) podemos ver, de una manera muy clara, el contraste entre la degradación humana y la obra de la naturaleza, observando así diferentes realidades de nuestra isla; y 3) nos ofrece la posibilidad de visitar un yacimiento arqueológico bastante interesante. En definitiva, esta es una ruta que nos da una visión bastante buena de la costa Noroeste de nuestra isla tanto en el aspecto natural como en el humano.

Si estás interesado/a en esta ruta, accede al documento que contiene toda la información.

Más videos:




15 noviembre, 2009

Creación de una red de senderos en el distrito de Tamaraceite – San Lorenzo – Tenoya

Introducción

De un tiempo a esta parte se han venido desarrollando en el distrito de Tamaraceite – San Lorenzo – Tenoya (Las Palmas de Gran Canaria) una serie de proyectos de diversa índole, todos ellos en el marco del desarrollo sostenible. Uno de esos proyectos es la creación de una red de caminos y rutas temáticas para el distrito. De los objetivos que se persiguen, los más importantes son la recuperación de caminos antiguos y la recopilación de rutas existentes y creación de otras nuevas, para lo cual se han establecido tres etapas en la metodología que se ha diseñado (haz click aquí para consultar toda la información sobre los objetivos, los fines y la metodología del proyecto).

Cabe diferenciar, en el contexto de este proyecto, entre caminos y rutas para entender a qué se refiere cada concepto. Cuando hablamos de caminos nos referimos a las vías de comunicación que tradicionalmente se han utilizado para el desplazamiento de personas, mercancías, etcétera. Por ruta se entiende un itinerario que discurre por tramos de distintas vías de comunicación (antiguas y/o modernas) y otros elementos del territorio, como infraestructuras hidráulicas (acequias, muros de presa), etc. Es decir, una ruta se diseña aprovechando todo aquello que puede ser transitado, entre un origen y un destino establecidos.

El proyecto en las Ias Jornadas de Desarrollo Sostenible de Tamaraceite

En las I Jornadas de Desarrollo Sostenible de Tamaraceite, celebradas el día 30 de octubre de 2009, se expusieron varios proyectos, entre los que estaba incluido este. La ponencia que se llevó a cabo en las Jornadas sirvió para dar a conocer el proyecto entre las personas presentes, exponiéndose de manera más detallada todo lo que este artículo contiene. Se presentó un estado de la cuestión, ya que el proyecto no ha finalizado aún.

Más información sobre las I Jornadas de Desarrollo Sostenible de Tamaraceite en el blog de la Federación "Las Medianías".

Caminos

Las vías de comunicación que más presencia tienen en el distrito son las denominadas caminos secundarios, los cuales constituían unas redes densas en toda la isla que conectaban los diferentes asentamientos humanos y se utilizaban para el transporte de mercancías.

Por el momento, con el desarrollo de este proyecto se han trabajado tres caminos.

Uno de ellos es el que va desde Lo Blanco hasta San Lorenzo. Sale desde Lo Blanco, pasando por San José del Álamo, donde se desvía a la derecha para tomar una vereda que baja por entre algunas tierras de cultivo hasta las inmediaciones del parque de San José del Álamo. Seguidamente toma la ladera Norte del barranco del Acebuchal hasta llegar a Al Román, desde donde se llega a San Lorenzo por carretera.


Foto 1: Cortijo de Mascuervo. Aarón Santana.

Otro de los caminos va desde Lo Blanco hasta la Zarandilla. Gran parte de este (la mayoría, de hecho) discurre por carretera, ya que el camino ha sido asfaltado, lo que es una mala noticia para los senderistas que quieran hacerlo. Una vez que termina el asfalto desciende hasta el cauce del barranco del Acebuchal por una pista de tierra.


Foto 2: Paisaje agrícola de Las Labradoras bajas. Aarón Santana.

El último de los caminos es el que va desde Tenoya hasta Cuevas Blancas. Discurre por la ladera Este del barranquillo de Tenoya, denominándose todo este tramo “camino de las pitas” por la presencia de estas a lo largo de su trazado, hasta llegar a una degollada donde hay una palmera muy cerca de una casa en ruinas. A partir de aquí descendemos por la ladera Oeste del barranco que pasa por Cuevas Blancas hasta llegar a dicho núcleo de población. Cabe comentar que esto es solo un tramo del camino original, el cual se prolonga hasta El Rincón.


Foto 3: Camino de las pitas, Tenoya. Aarón Santana.

Al margen de lo dicho, se hace preciso comentar que en el distrito existe un tramo de un camino real en las inmediaciones de Tenoya, el camino que iba desde Las Palmas de Gran Canaria a Gáldar. Aún se conserva algo de su empedrado, aunque en un estado bastante malo.

Rutas

En cuanto a las rutas, por ahora este proyecto recoge tres, de las cuales dos son propuestas de Álvaro Monzón.

Una de ellas se desarrolla entre el parque de San José del Álamo y La Suerte. Esta ruta, de Álvaro Monzón, sale desde el citado parque para alcanzar la divisoria de aguas que existe entre este y el barranco del Acebuchal, desde donde discurre hasta Al Román, exactamente, por el mismo sendero del camino Lo Blanco – San Lorenzo. Cruza Al Román y continúa por la ladera Este del Cortijo de San Gregorio para llegar a Ciudad de Campo, pasar por el muro de la presa de Piletas y acabar en La Suerte. El autor propone también subir a la montaña de San Gregorio como un tramo para hacer de ida y vuelta para luego continuar hacia La Suerte.

La otra ruta de A. Monzón se interna en el barranco del Acebuchal, teniendo su origen en la carretera de La Milagrosa y su destino en San Lorenzo. Comienza en la carretera de La Milagrosa, a la altura de la casa número 193, desde donde parte una pista de tierra, subiendo a la derecha; esta conduce a la Zarandilla. La ruta toma luego dirección Este siguiendo un canal y bordeando una charca. Más adelante cruza el Cortijo de Mascuervo y llega a Al Román por pista de tierra. A partir de aquí el camino hasta San Lorenzo se hace por asfalto.

Por último, una tercera ruta es la que va desde Lomo Los Frailes hasta Los Giles. Es una ruta corta y cómoda de hacer. Sale desde Lomo Los Frailes, cerca del campo de fútbol Juan Guedes y cruza el cauce del barranco de Jacomar para luego subir por la ladera Norte de este y llegar a Los Giles.

La red y su carácter temático

La culminación de este proyecto supondrá la integración de todos los caminos y las rutas, que se identifiquen y se trabajen, en una sola red de senderos que presente una buena cohesión. Se pretende que dicha red tenga carácter temático, destacando así los valores naturales y culturales o humanos más interesantes e importantes de cada sendero.


Foto 4: Barranco del Acebuchal, lugar que contiene muchos valores naturales y humanos. Aarón Santana.

En principio se prevé que tanto caminos como rutas participen de este carácter temático, aunque la carga principal en este sentido la lleven las rutas, por las siguientes razones: 1) los caminos son vías de comunicación que ya están trazadas, por tanto, puede que en su recorrido no hayan valores ambientales importantes (por ahora esto no se ha dado pero podría darse) y 2) no precisan de tener valores naturales y humanos ya que tienen un valor cultural indiscutible por ser vías de comunicación tradicionales.


Bibliografía

GUÍA de senderos de Gran Canaria por Antonio Santana Santana [et al.]. 2a. ed. Gran Canaria: Ediciones Cabildo Insular de Gran Canaria, 1995. 306 p. ISBN: 8481031100

31 octubre, 2009

Segundo pateo: Degollada Becerra - La Goleta

Introducción

El pasado domingo 25 de octubre tuvo lugar el pateo organizado que se desarrolló entre la Degollada Becerra y La Goleta. El itinerario consta de 3 caminos diferentes, mediante los cuales se puede atravesar la Caldera de Tejeda desde su límite Este hasta su límite Sur, pasando por La Culata y el Roque Nublo. El primero de estos caminos es el que conecta la Degollada Becerra con La Culata (realmente, el inicio de este camino está en Cruz de Tejeda, según la información proporcionada por la página web del Ayuntamiento de Tejeda); el segundo conecta La Culata con el Roque Nublo; y el tercero el Roque Nublo con La Goleta.

La actividad fue un éxito, pues el grupo que se formó para participar en la actividad estuvo integrado por 24 personas, aún más numeroso que el del primer pateo, al cual asistieron 15 personas. En este sentido, debo expresar mi satisfacción y a la vez mi agradecimiento a todos los asistentes, tanto del primer pateo como del segundo, por ir, responder como han respondido y aportar muy buen rollo al grupo que les acompañaba.

Foto: Jorge Suárez.

Debido a la cantidad de personas que formaban el grupo, tuve que pedir ayuda a algunas personas para poder dirigirlo.

Primer camino: Degollada Becerra – La Culata

Tras estar todos reunidos en la Degollada, procedí a presentar el itinerario, tras lo cual empezamos a caminar.

Esta primera parte que se desarrolla en bajada internándose en la Caldera de Tejeda rumbo a La Culata la recorrimos en 1 hora, aproximadamente, de manera tranquila y fluida. Al salir de la Degollada Becerra el camino discurre por la ladera sur de la divisoria de la cuenca de Tejeda con la del Guiniguada, ofreciendo unas espectaculares vistas de la Caldera, cosa que pudimos constatar el día del pateo, ya que el cielo estaba completamente despejado. Más adelante, al encontrarnos un cruce, que se coge a la derecha, bajamos por un magnífico empedrado en zigzag que nos hace descender considerablemente de cota, para luego avanzar atravesando los barrancos y bordeando los lomos que nos vamos encontrando. El camino desemboca finalmente en una pista de hormigón que conecta con una carretera asfaltada, la que nos llevará hasta el núcleo de La Culata.

Foto ganadora del concurso de fotografía, 3º puesto.

La Rana y el Roque Nublo. Thomas Lehmann.

Segundo camino: La Culata Roque Nublo

Este fue sin duda el camino más duro de todo el itinerario. Su desarrollo en subida unido al calor que nos brindaba el buen tiempo fueron los factores que determinaron su dureza. Aún así, hay que decir que el camino está en buen estado si bien es verdad que en ciertos tramos hay que tener cuidado para no resbalar y caerse, pues la tierra suelta puede jugarnos una mala pasada. Afortunadamente, a nosotros nos fue bien en este sentido.

Al igual que el primer camino, este también ofrece vistas interesantes durante casi todo su recorrido, pues el desnivel que se salva al principio es bastante grande y permite tener buenas vistas de La Culata. Más adelante, llegando a la encrucijada del Nublo (serie de caminos que confluyen en torno al Roque Nublo) volvemos a tener más vistas, esta vez de casi todo el oeste de la Caldera y desde mayor altitud. Desde aquí se pueden contemplar el Roque Bentayga, la mesa de Acusa, Artenara, el lomo de la mesa de El Junquillo, la presa del Parralillo y La Aldea, entre otras cosas.

Foto ganadora del concurso de fotografía, 2º puesto.

Vista desde el Roque Nublo. David Morales.

Una vez que alcanzamos la plataforma del Roque Nublo (después de caminar unas dos horas desde La Culata), aprovechamos para descansar durante largo rato a la vez que comíamos, charlábamos, sacábamos fotos, etc.

Tercer camino: Roque Nublo – La Goleta

Este último camino del itinerario fue el más sencillo, puesto que aunque estábamos bastante cansados, el estado del camino es bueno, la dificultad baja y el tiempo aproximado de recorrido una media hora. Finalizado el itinerario, en La Goleta, la mayoría del grupo aprovechó para descansar un poco en lo que el resto íbamos a buscar los coches que habíamos dejado en la Degollada Becerra.

Conclusión

A juzgar por los comentarios de la gente que asistió al pateo, se puede decir que fue una actividad agradable y divertida para todos, con la cual creo y espero haber cubierto las expectativas del conjunto del grupo.

Asimismo, comentar también que se trata de un itinerario interesante ya que atraviesa una de las unidades geomorfológicas y geológicas más imponentes de la isla, la Caldera de Tejeda, la cual nos ofrece una gran variedad de geoformas, como escarpes, lomos, barrancos de distintas envergaduras (desde las barranqueras relativamente encajadas con mucha pendiente hasta el propio barranco de Tejeda – La Aldea), mesas (Acusa y Lomo de El Junquillo), roques (Nublo y Bentayga), etc.

Foto ganadora del concurso de fotografía, 1º puesto.

Atardecer desde la Degollada Becerra. Sebastián Santana.

Igualmente, nos ofrece unos paisajes agrícolas muy interesantes, donde abundan las laderas abancaladas, las infraestructuras hidráulicas, la adaptación del poblamiento a las necesidades de suelo para la actividad agrícola, etc.

Concurso de fotografía

El concurso de fotografía, idea mediante la cual se intenta integrar y hacer partícipes directos de esta actividad a todos lo asistentes que lo deseen, da la posibilidad de que cada persona presente la foto que más le guste de las que ha sacado para someterse a una votación con el resto de fotografías presentadas. Esta votación se hace online en este mismo blog. Las 3 fotos ganadoras son las que aparecen en este artículo. Accede a las fotos que se presentaron para el artículo de este pateo y las otras del album de fotos del blog.

Aparte de estas tres fotos ganadoras, hay otra que se pondrá de manera sistemática en todos los artículos de los pateos, que es la foto de grupo y no pasa por el concurso (ya que considero esencial que forme parte de estos artículos).


14 octubre, 2009

Primer pateo de una nueva etapa senderista

El domingo pasado, día 11 de octubre, comenzó una nueva etapa de senderismo tras la que impulsé hace unos 3 años y que algunos identifican con el nombre de pateo molón. Esa primera experiencia en organización de pateos se interrumpió a finales de 2006. Fue una época plagada de buenas experiencias, resultado de embarcarnos en pequeñas aventuras mediante las cuales íbamos conociendo nuestra isla de manera divertida. En esas actividades se conoció muchísima gente y se vivieron momentos inolvidables.

Ahora, después de un parón de más de dos años, me he decidido a retomar el senderismo mediante pateos organizados, con el fin de conocer la isla, conocer gente y pasarlo bien.

Después de esta pequeña introducción, expondré una descripción del camino y relataré cómo fue la vivencia en general del primer pateo de esta nueva etapa, todo ello acompañado con algunas de las fotos que sacaron los/las senderistas que participaron.

A partir de hoy, para cada pateo organizado que se haga se publicará un artículo como este.

Pateo 1: Cruz de Tejeda – Teror
Este camino, de 11,6 km de recorrido (Guía de senderos de Gran Canaria, 1995), discurre por los municipios de Vega de San Mateo, Valleseco y Teror. Consta de 3 tramos: 1) Cruz de Tejeda – Cueva Corcho; 2) Cueva Corcho – El Lomo de la Rosa; 3) El Lomo de la Rosa – Teror.


Foto: Isabel López

El camino comienza en Cruz de Tejeda, exactamente donde están los nuevos aparcamientos asociados al propio parador. Desde ahí, la primera parte del tramo 1 se desarrolla en subida por la ladera noreste del Monte Constantino. Una vez se alcanza la degollada, cruzamos una carretera y continuamos bajando por el Barranco del Charquillo. Abordamos este barranco por la margen derecha, de marcada pendiente, para pasarnos más adelante a la margen izquierda, cruzando el cauce, donde la pendiente es más suave. Al final de este tramo encontramos el cruce de Cueva Corcho. Unos metros antes de llegar, nos encontramos con algunos castaños, bastante cargados, y zarzas moras que fueron la debilidad gastronómica de gran parte del grupo, obligándonos a parar durante unos minutos para dar cuenta de aquello.

Foto: Yamilé Sarmiento.

Tras pasar el cruce de Cueva Corcho nos introdujimos otra vez en el sendero, ya en el tramo 2, tras superar algo más de 40 metros por carretera, caminando ahora por la ladera noroeste del Barranquillo de Peñones hasta alcanzar el final de este interfluvio, desde donde se divisa de manera espectacular el Cortijo de Calderetas, un lugar donde parece haberse detenido el tiempo para mostrar al senderista actual algunas características de los antiguos paisajes rurales de las medianías grancanarias. Con esta expléndida vista decidimos parar y sentarnos entre los pinos para comer algo y descansar. Algunos senderistas aprovecharon el momento para ir en busca de castañas.

Foto: Sebas Santana.

Al terminar este descanso descendimos hacia el Cortijo de Calderetas, bordeándolo y tomando a continuación una serie de pistas de tierra y de hormigón para llegar de nuevo a la carretera, esta vez la que nos llevará hacia el final de este tramo en El Lomo de la Rosa o de Madrelagua, que alcanzamos a través de la propia carretera.

El tramo 3 se inicia con una bajada con la que entramos en el Barranco de Madrelagua. Al rato de estar descendiendo por aquí una de las senderistas tuvo un pequeño incidente, que pudo ser solventado con cierta rapidez y eficacia, restaurando la actividad tras esto. Tras la bajada alcanzamos el cauce del barranco, que atravesamos por un pequeño puente para luego subir por la ladera de enfrente hasta alcanzar una carretera. Esta carretera sigue bajando en suave pendiente por la ladera del barranco hasta que se abre un camino a la izquierda que baja hacia el cauce y volvemos a pasarnos a la margen izquierda del barranco. Desde aquí, seguimos caminando y atravesamos el núcleo de Las Rosadas para llegar a un cruce de carretera (Teror – Valleseco). Desde este punto, caminamos por la carretera hasta una pista de hormigón que se abre a la derecha, que se llama Cuesta de Los Estanques, la cual atraviesa Los Llanos y vuelve a desembocar en la carretera anterior, ya muy cerca de nuestro destino. Por último, se echa por unas callejuelas para llegar al propio núcleo de Teror.

Foto: Yamilé Sarmiento.

En conclusión, es un camino bastante agradable de hacer, el cual goza de unas vistas espectaculares a lo largo de su recorrido siendo, además, de dificultad baja. Es de destacar también las diferentes formaciones vegetales que atraviesa, como el pinar con sotobosque de escobones y otras especies, algunos castañares puntuales, y vegetación de laurisilva en el Barranco de Madrelagua. Por otro lado, hay que tener en cuenta que tiene algunos tramos en bajada relativamente pronunciada y que es un recorrido algo largo, pero que haciéndolo con tranquilidad y parando las veces que haga falta para descansar puede hacerse sin problema.