04 octubre, 2008

Territorio, Economía y Sociedad

La crisis económica mundial que estamos atravesando (de la que muchos vaticinan que esto es sólo el comienzo) está dejando en evidencia la importancia del territorio. El territorio, entendido como recurso natural, es imprescindible para el abasto alimentario (entre otras cosas) de la población. No hay que olvidar que de la agricultura se ha vivido durante muchos siglos en numerosas partes del mundo. Y ahora, en Gran Canaria, se nos plantea un dilema referente a este tema. Resulta que la conocida macro cárcel de Juan Grande pretende construirse en unos terrenos que el Cabildo, en el Plan Territorial Especial Agropecuario (noticia relacionada publicada en La Provincia), los reserva como Zona de aptitud agraria intensiva (acceder al mapa de Zonificación agraria), y lejos de defender lo que dicho plan establece, esta institución se posiciona a favor de la construcción de la macro cárcel. Ya en mayo se presentó una moción para apoyar este proyecto (hacer click aquí para acceder al documento) por parte del Cabildo, el cual se ha manifestado también recientemente en los periódicos expresando el “sí” a esta infraestructura.
Me parece una irresponsabilidad impresionante sacar adelante un plan (aprobado en Consejo de Gobierno) para proteger e impulsar la agricultura y luego apoyar algo que vulnera lo que recoge dicho documento. Sabiendo, además, que en esta isla el sector primario está en un estado muy lamentable.
Pero claro, aquí lo que prima es el desarrollo que da rentabilidad a corto plazo, aquel que es agresivo, que transforma y destruye el medio a unas velocidades asombrosas. Y así, con la manifiesta incapacidad de la mayoría de los políticos para gestionar de manera correcta el territorio, crecemos a base de “pelotazos” urbanísticos, que intervienen en el territorio sin ninguna coherencia con el resto de elementos allá donde se asientan.
Y, enlazando ahora con los anteriores párrafos, conviene salir de la crítica política para volver al territorio y destacar que uno de los elementos más importantes de este (desde el punto de vista humano) es el suelo. Este constituye un sistema (o subsistema, dependiendo de cómo se mire) muy complejo que tiene un valor incalculable, ya que nos proporciona alimentos a través de la agricultura y la ganadería (generación de pastos), permite que se pueda asentar la vegetación, que a su vez protege al suelo de la erosión,… y un cúmulo de procesos que son muy importantes para el funcionamiento del sistema natural.
De hecho, el suelo se considera recurso no renovable por el ritmo tan lento en que se crea. Por tanto, vemos que cuando la construcción de edificios, grandes infraestructuras o la simple extracción de suelos de un lugar para llevarlos a otros se llevan a cabo, se está produciendo un atentado ecológico, se le esta haciendo mucho daño al territorio.

2 comentarios:

Damián Mekong dijo...

Buen artículo reflejando lo que aquí nos jugamos. No se podría exponer mejor la problemática del tema y su alcance a niveles tan básicos como lo es la supervivencia y/o alimentación.

El "pelotazo" que supondrá la construcción de la macro-cárcel irá en beneficio de un pequeño porcentaje de ciudadados si lo comparamos con el perjuicio que puede ocasionar a la mayoría y al modelo económico actual de la isla.

Este despropósito sólo se entiende en las cúpulas de los super-empresarios y círculos políticos, porque se resume a eso, al tándem formado por el político y el empresario oportunista que sólo buscan el beneficio inmediato, no lo que conviene al populacho.

Aarón M. Santana dijo...

Efectivamente. Estos pelotazos sólo benefician a unos pocos y no a la colectividad. Y, precisamente en el caso de la macro cárcel, el sector de la isla que más perjudicado se ve es el litoral. De ahí que en el curso técnico de Gestión Sostenible del Litoral (celebrado los días 6 y 7 de octubre en Las Palmas de Gran Canaria) Ángel Lobo, uno de los ponentes (profesor de Derecho la Universidad de La Laguna) destacara la necesidad de hacer un plan integrado para el litoral y así darle una gestión sostenible y coherente a este espacio, el cual es muy frágil.